Este blog convierte al cristianismo de
Cristo las oraciones o plegarias marianas, a la virgen María, según lo
estipulado en el evangelio puro de Cristo Jesús. Lo escrito con azul es la plegaria cristianizada.
DE LA SALVE
“A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva;
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro muéstranos a Jesús,”
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro muéstranos a Jesús,”
“A ti Espíritu Santo clamamos los
desterrados hijos de Eva;
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Espíritu divino, abogado
nuestro,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro muéstranos a Jesús,”
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro muéstranos a Jesús,”
DEL AVEMARÍA
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén.
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén.
Espíritu Santo de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén.
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén.
BAJO TU AMPARO
Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos,
Espíritu Santo de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
¡oh Espíritu glorioso y bendito!
Amén.
Espíritu Santo de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
¡oh Espíritu glorioso y bendito!
Amén.
ACUÉRDATE
Acuérdate,
¡oh piadosísima, Virgen María!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido
a tu protección,
implorando tu auxilio
haya sido
abandonado de Ti.
Animado con esta confianza,
a Ti también yo acudo,
y me atrevo a implorarte
a pesar del peso de mis pecados.
¡Oh Madre del Verbo!,
no desatiendas mis súplicas,
antes bien
acógelas benignamente.
Amén.
Acuérdate,
¡oh piadosísima, Virgen María!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido
a tu protección,
implorando tu auxilio
haya sido
abandonado de Ti.
Animado con esta confianza,
a Ti también yo acudo,
y me atrevo a implorarte
a pesar del peso de mis pecados.
¡Oh Madre del Verbo!,
no desatiendas mis súplicas,
antes bien
acógelas benignamente.
Amén.
Acuérdate,
¡oh piadosísimo, Espíritu Santo!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido
a tu protección,
implorando tu auxilio
haya sido
abandonado de Ti.
Animado con esta confianza,
a Ti también yo acudo,
y me atrevo a implorarte
a pesar del peso de mis pecados.
¡Oh Padre del Verbo!,
no desatiendas mis súplicas,
antes bien
acógelas benignamente.
Amén.
¡oh piadosísimo, Espíritu Santo!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido
a tu protección,
implorando tu auxilio
haya sido
abandonado de Ti.
Animado con esta confianza,
a Ti también yo acudo,
y me atrevo a implorarte
a pesar del peso de mis pecados.
¡Oh Padre del Verbo!,
no desatiendas mis súplicas,
antes bien
acógelas benignamente.
Amén.
¡Oh Señora mía, oh Madre mía!,
yo me entrego del todo a Ti
y en prueba de mi afecto,
con amor filial te consagro en este día:
todo lo que soy, todo lo que tengo.
Guarda y protege, y también defiende
a este hijo tuyo, que así sea.
Amén.
¡Oh Señora mía, oh Madre mía!,
yo me entrego del todo a Ti,
y en prueba de mi filial afecto,
te consagro en este día
mis ojos, mis oídos,
mi lengua y mi corazón,
en una palabra, todo mi ser,
ya que soy todo tuyo,
¡oh Madre de bondad!,
guárdame y protégeme
como hijo tuyo. Amén.
¡Oh
Señor mío, oh Padre mío!,
yo me entrego del todo a Ti
y en prueba de mi afecto,
con amor filial te consagro en este día:
todo lo que soy, todo lo que tengo.
Guarda y protege, y también defiende
a este hijo tuyo, que así sea.
Amén.
yo me entrego del todo a Ti
y en prueba de mi afecto,
con amor filial te consagro en este día:
todo lo que soy, todo lo que tengo.
Guarda y protege, y también defiende
a este hijo tuyo, que así sea.
Amén.
¡Oh Señor mío, oh Padre mío!,
yo me entrego del todo a Ti,
y en prueba de mi filial afecto,
te consagro en este día
mis ojos, mis oídos,
mi lengua y mi corazón,
en una palabra, todo mi ser,
ya que soy todo tuyo,
¡oh Padre de bondad!,
guárdame y protégeme
como hijo tuyo. Amén.
PARA OBTENER LA PIEDAD FILIAL
Madre del Amor Misericordioso,
bien sabes que tu Hijo,
desde lo alto de la Cruz,
señaló el camino de la piadosa filiación
como aquel que deberíamos recorrer.
Te imploro me obtengas la gracia
de acercarme a tu Inmaculado Corazón,
desde mi propio corazón,
para aprender a amarte
y a honrarte
con el amor
que el Señor Jesús te tiene.
Cuida que este hijo tuyo
ingrese así
en el proceso de amorización
y vea algún día cumplida
la gran esperanza
de verse conformado
con el Salvador.
Amén.
Madre del Amor Misericordioso,
bien sabes que tu Hijo,
desde lo alto de la Cruz,
señaló el camino de la piadosa filiación
como aquel que deberíamos recorrer.
Te imploro me obtengas la gracia
de acercarme a tu Inmaculado Corazón,
desde mi propio corazón,
para aprender a amarte
y a honrarte
con el amor
que el Señor Jesús te tiene.
Cuida que este hijo tuyo
ingrese así
en el proceso de amorización
y vea algún día cumplida
la gran esperanza
de verse conformado
con el Salvador.
Amén.
Padre del Amor Misericordioso,
bien sabes que tu Hijo,
desde lo alto de la Cruz,
señaló el camino de la piadosa filiación
como aquel que deberíamos recorrer.
Te imploro me obtengas la gracia
de acercarme a tu Inmaculado Corazón,
desde mi propio corazón,
para aprender a amarte
y a honrarte
con el amor
que el Señor Jesús te tiene.
Cuida que este hijo tuyo
ingrese así
en el proceso de amorización
y vea algún día cumplida
la gran esperanza
de verse conformado
con el Salvador.
Amén.
bien sabes que tu Hijo,
desde lo alto de la Cruz,
señaló el camino de la piadosa filiación
como aquel que deberíamos recorrer.
Te imploro me obtengas la gracia
de acercarme a tu Inmaculado Corazón,
desde mi propio corazón,
para aprender a amarte
y a honrarte
con el amor
que el Señor Jesús te tiene.
Cuida que este hijo tuyo
ingrese así
en el proceso de amorización
y vea algún día cumplida
la gran esperanza
de verse conformado
con el Salvador.
Amén.
ORACIÓN DEL FIAT
Santa María,
ayúdame a esforzarme
según el máximo de mi capacidad
y el máximo de mis posibilidades
para así responder al Plan de Dios
en todas las circunstancias
concretas de mi vida.
Amén.
Santa María,
ayúdame a esforzarme
según el máximo de mi capacidad
y el máximo de mis posibilidades
para así responder al Plan de Dios
en todas las circunstancias
concretas de mi vida.
Amén.
Espíritu Santo,
ayúdame a esforzarme
según el máximo de mi capacidad
y el máximo de mis posibilidades
para así responder al Plan de Dios
en todas las circunstancias
concretas de mi vida.
Amén.
ayúdame a esforzarme
según el máximo de mi capacidad
y el máximo de mis posibilidades
para así responder al Plan de Dios
en todas las circunstancias
concretas de mi vida.
Amén.
LUZ PARA EL PEREGRINAR
Brillante Luna
de la nueva evangelización,
que con tu fulgor
iluminas la noche
por la que tantos
deambulan sin rumbo
en el mundo de la «cultura de muerte»,
alumbra todo humano caminar
con la luz del Señor Jesús
que sin igual sabes reflejar.
Amén.
Brillante Luna
de la nueva evangelización,
que con tu fulgor
iluminas la noche
por la que tantos
deambulan sin rumbo
en el mundo de la «cultura de muerte»,
alumbra todo humano caminar
con la luz del Señor Jesús
que sin igual sabes reflejar.
Amén.
Espíritu Santo, guía
de la nueva evangelización,
que con tu fulgor
iluminas la noche
por la que tantos
deambulan sin rumbo
en el mundo de la «cultura de muerte»,
alumbra todo humano caminar
con la luz del Señor Jesús
que sin igual sabes reflejar.
Amén.
de la nueva evangelización,
que con tu fulgor
iluminas la noche
por la que tantos
deambulan sin rumbo
en el mundo de la «cultura de muerte»,
alumbra todo humano caminar
con la luz del Señor Jesús
que sin igual sabes reflejar.
Amén.
AMOROSA PROTECCIÓN
Madre bondadosa,
protege a los tentados,
auxilia a los pecadores,
ayuda a los pusilánimes,
socorre a los necesitados,
conforta a los atribulados,
intercede por los consagrados,
cúbrenos con tu manto protector
y obténnos el don de experimentar
tu maternal y amorosa protección.
Que así sea.
Madre bondadosa,
protege a los tentados,
auxilia a los pecadores,
ayuda a los pusilánimes,
socorre a los necesitados,
conforta a los atribulados,
intercede por los consagrados,
cúbrenos con tu manto protector
y obténnos el don de experimentar
tu maternal y amorosa protección.
Que así sea.
Espíritu bondadoso,
protege a los tentados,
auxilia a los pecadores,
ayuda a los pusilánimes,
socorre a los necesitados,
conforta a los atribulados,
intercede por los consagrados,
cúbrenos con tu manto protector
y obténnos el don de experimentar
tu divina y amorosa protección.
Que así sea.
protege a los tentados,
auxilia a los pecadores,
ayuda a los pusilánimes,
socorre a los necesitados,
conforta a los atribulados,
intercede por los consagrados,
cúbrenos con tu manto protector
y obténnos el don de experimentar
tu divina y amorosa protección.
Que así sea.
MEMORARE
de fray Luis de Granada, O.P. (1504-1588)
de fray Luis de Granada, O.P. (1504-1588)
No me desampare tu amparo,
no me falte tu piedad,
no me olvide tu memoria.
Si tú, Señora, me dejas, ¿quién me sostendrá?
Si tú me olvidas, ¿quién se acordará de mí?
Si tú, que eres Estrella de la mar
y guía de los errados, no me alumbras, ¿dónde iré a parar?
No me dejes tentar del enemigo,
y si me tentare, no me dejes caer,
y si cayere, ayúdame a levantar.
¿Quién te llamó, Señora, que no le oyeses?
¿Quién te pidió, que no le otorgases?
no me falte tu piedad,
no me olvide tu memoria.
Si tú, Señora, me dejas, ¿quién me sostendrá?
Si tú me olvidas, ¿quién se acordará de mí?
Si tú, que eres Estrella de la mar
y guía de los errados, no me alumbras, ¿dónde iré a parar?
No me dejes tentar del enemigo,
y si me tentare, no me dejes caer,
y si cayere, ayúdame a levantar.
¿Quién te llamó, Señora, que no le oyeses?
¿Quién te pidió, que no le otorgases?
No me desampare tu amparo,
no me falte tu piedad,
no me olvide tu memoria.
Si tú, Señor, me dejas, ¿quién me sostendrá?
Si tú me olvidas, ¿quién se acordará de mí?
Si tú, que eres Estrella de la mar
y guía de los errados, no me alumbras, ¿dónde iré a parar?
No me dejes tentar del enemigo,
y si me tentare, no me dejes caer,
y si cayere, ayúdame a levantar.
¿Quién te llamó, Señor, que no le oyeses?
¿Quién te pidió, que no le otorgases?
no me falte tu piedad,
no me olvide tu memoria.
Si tú, Señor, me dejas, ¿quién me sostendrá?
Si tú me olvidas, ¿quién se acordará de mí?
Si tú, que eres Estrella de la mar
y guía de los errados, no me alumbras, ¿dónde iré a parar?
No me dejes tentar del enemigo,
y si me tentare, no me dejes caer,
y si cayere, ayúdame a levantar.
¿Quién te llamó, Señor, que no le oyeses?
¿Quién te pidió, que no le otorgases?
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios,
no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo
peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos, Espíritu
Santo de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien
líbranos de todo peligro, oh Espíritu glorioso y bendito. Amén.
¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco
enteramente a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis
ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy
todo tuyo Oh Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como a pertenencia y
posesión tuya. Amén.
¡Oh Señor mío! ¡Oh Espíritu mío! Yo
me ofrezco enteramente a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este
día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser.
Ya que soy todo tuyo Oh Espíritu de bondad, guárdame y defiéndeme como a
pertenencia y posesión tuya. Amén.
V. El Ángel del Señor anunció a María,
R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Avemaría.
R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Avemaría.
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Avemaría.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Avemaría.
V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Avemaría.
R. Y habitó entre nosotros.
Avemaría.
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
V. El Ángel del Señor anunció a María,
R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Ave Espíritu Santo.
R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Ave Espíritu Santo.
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Ave Padre.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Ave Padre.
V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Ave Verbo divino
R. Y habitó entre nosotros.
Ave Verbo divino
V. Ruega por nosotros, Espíritu Santo
de Dios,
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
-LA GRAN
DEVOCIÓN MARIANA DE SAN BERNARDO
(A)
CATÓLICO
Plegaria mariana original de San Bernardo:
“Si se levantan los vientos de las tentaciones,
si tropiezas con los escollos de la tentación,
mira la estrella, clama a María.
Si te agitan las olas de la soberbia,
de la ambición o de la envidia, mira la estrella,
invoca a María. Si la ira, la avaricia
o la impureza impelen violentamente la nave
de tu alma, mira a María.
Si turbado con la memoria de tus pecados,
confuso ante la fealdad de tu conciencia,
temeroso ante la idea del juicio,
comienzas a hundirte en la sima sin fondo
de la tristeza o en el abismo de la desesperación,
piensa en María.
En los peligros, en las angustias, en las dudas,
piensa en María, invoca a María.
No se aparte María de tu boca,
no se aparte de tu corazón.
Y para conseguir su ayuda intercesora,
no te apartes tú de los ejemplos de su virtud.
No te descaminarás, si la sigues.
No desesperarás, si la ruegas.
No te perderás, si en Ella piensas.
Si Ella te sostiene, no caerás.
Si te protege, nada tendrás que temer.
No te fatigarás, si es tu guía.
Si Ella te ampara,
llegarás felizmente al puerto de salvación.”
Plegaria mariana original de San Bernardo:
“Si se levantan los vientos de las tentaciones,
si tropiezas con los escollos de la tentación,
mira la estrella, clama a María.
Si te agitan las olas de la soberbia,
de la ambición o de la envidia, mira la estrella,
invoca a María. Si la ira, la avaricia
o la impureza impelen violentamente la nave
de tu alma, mira a María.
Si turbado con la memoria de tus pecados,
confuso ante la fealdad de tu conciencia,
temeroso ante la idea del juicio,
comienzas a hundirte en la sima sin fondo
de la tristeza o en el abismo de la desesperación,
piensa en María.
En los peligros, en las angustias, en las dudas,
piensa en María, invoca a María.
No se aparte María de tu boca,
no se aparte de tu corazón.
Y para conseguir su ayuda intercesora,
no te apartes tú de los ejemplos de su virtud.
No te descaminarás, si la sigues.
No desesperarás, si la ruegas.
No te perderás, si en Ella piensas.
Si Ella te sostiene, no caerás.
Si te protege, nada tendrás que temer.
No te fatigarás, si es tu guía.
Si Ella te ampara,
llegarás felizmente al puerto de salvación.”
(B)
CRISTIANIZADO
El mismo rezo de San Bernardo, pero ahora cristianizado:
“Si se levantan los vientos de las tentaciones,
si tropiezas con los escollos de la tentación,
mira la estrella, clama al Espíritu Santo.
Si te agitan las olas de la soberbia,
de la ambición o de la envidia, mira la estrella,
invoca al Espíritu Santo. Si la ira, la avaricia
o la impureza impelen violentamente la nave
de tu alma, mira al Espíritu Santo.
Si turbado con la memoria de tus pecados,
confuso ante la fealdad de tu conciencia,
temeroso ante la idea del juicio,
comienzas a hundirte en la sima sin fondo
de la tristeza o en el abismo de la desesperación,
piensa en el Espíritu Santo.
En los peligros, en las angustias, en las dudas,
piensa en el Espíritu Santo, invoca al Espíritu.
No se aparte el Espíritu Santo de tu boca,
no se aparte de tu corazón.
Y para conseguir su ayuda intercesora,
no te apartes tú de los ejemplos de su virtud.
No te descaminarás, si le sigues.
No desesperarás, si le ruegas.
No te perderás, si en el Espíritu Santo piensas.
Si el Espíritu Santo te sostiene, no caerás.
Si te protege, nada tendrás que temer.
No te fatigarás, si es tu guía.
Si el Espíritu Santo te ampara,
llegarás felizmente al puerto de salvación.”
Salmo 37:17; Salmo 145:14
El mismo rezo de San Bernardo, pero ahora cristianizado:
“Si se levantan los vientos de las tentaciones,
si tropiezas con los escollos de la tentación,
mira la estrella, clama al Espíritu Santo.
Si te agitan las olas de la soberbia,
de la ambición o de la envidia, mira la estrella,
invoca al Espíritu Santo. Si la ira, la avaricia
o la impureza impelen violentamente la nave
de tu alma, mira al Espíritu Santo.
Si turbado con la memoria de tus pecados,
confuso ante la fealdad de tu conciencia,
temeroso ante la idea del juicio,
comienzas a hundirte en la sima sin fondo
de la tristeza o en el abismo de la desesperación,
piensa en el Espíritu Santo.
En los peligros, en las angustias, en las dudas,
piensa en el Espíritu Santo, invoca al Espíritu.
No se aparte el Espíritu Santo de tu boca,
no se aparte de tu corazón.
Y para conseguir su ayuda intercesora,
no te apartes tú de los ejemplos de su virtud.
No te descaminarás, si le sigues.
No desesperarás, si le ruegas.
No te perderás, si en el Espíritu Santo piensas.
Si el Espíritu Santo te sostiene, no caerás.
Si te protege, nada tendrás que temer.
No te fatigarás, si es tu guía.
Si el Espíritu Santo te ampara,
llegarás felizmente al puerto de salvación.”
Salmo 37:17; Salmo 145:14
(A)
CATÓLICO: "A Jesús por María".
(B)
CRISTIANIZADO: "A Jesús mediante el Espíritu Santo".
"Echando
toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros."
1 Pedro
5:7
-CONCLUSIÓN:
Padre,
te ruego que me socorras y me salves
por medio de Jesucristo,
único y suficiente Redentor del hombre, único y suficiente mediador entre Dios y los hombres, en el ministerio del divino Espíritu Santo.
Amén.
Juan 14:6; 1 Timoteo 2:5; Hechos 4:12 ; Mateo 11:28
“¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!” Mateo 9:27
" y el
que viene a mí, no le echó fuera." Juan 6:37
"Clama
a mí, y yo te responderé," Jeremías 33:3
Todos acudían sólo a Jesús de Nazareth, al Hijo de David, y a nadie más.
Tú debes
acudir sólo a Jesús de Nazareth, ya que es el único mediador entre Dios y los
hombres, y no necesita de comediadores, asesores, auxilios externos o difuntos
colaboradores, ya que su única y suficiente interseción es poderosa y
totalizante.
Jesucristo es Dios, Señor y Salvador.
Gloria a la Santísima Trinidad.
Oras al
Padre mediante el Hijo, en el ministerio del Espíritu Santo. Todo sucede dentro
de la Santísima Trinidad. Gloria a la Santísima Trinidad.
La profunda
y triste realidad católica es que no quieren refugiarse totalmente en Jesús, en
la Santísima Trinidad yendo directamente a Jesús sin escalas, ya que en el
fondo no confían en su poder y cariño que todo lo cubre, inventando
comediadores y otras desviaciones. La confianza del cristiano en Cristo Jesús
es absoluta y hasta las últimas consecuencias, sin agregados.
" y no
queréis venir a mí para que tengáis vida" Juan 5:40
Los
cristianos acudimos ciegamente a Jesucristo como único y suficiente mediador,
Dios y Salvador, y no necesitamos imágenes religiosas, amuletos, comediadores,
ritos, muertos sobresalientes ni nada.
" y os
dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre" Juan
14:16
Es el
Espíritu Santo y sólo el Espíritu Santo quien nos lleva al Redentor, sin
necesidad de escoltas o edecanes no requeridos. El divino Espíritu Santo es más
que suficiente para llevarnos de su propia mano a Cristo.
Si vas a
orar por ti o por otro, ve al Padre mediante Jesucristo en el ministerio del
Espíritu Santo, punto.
1 Pedro
3:12; Salmo 34:4
"Bien
invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra
Tradición"
Marcos 7:9
"ESPÍRITU SANTO DE DIOS, RUEGA POR NOSOTROS,
PECADORES, AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE. AMÉN.”
Romanos 8:27
NO SEAS
CATÓLICO
Del blog
índice LAS SOTANAS DE SATÁN
fin
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