sábado, 16 de mayo de 2015

EL SACRAMENTO DEL PERDÓN


Sacramento de la reconciliación: La Penitencia

Marcos 2:7 ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? 

Antes de cualquier arrogancia clerical debe quedar claro que sólo Dios perdona los pecados. Lo santo es decir: “Padre, perdóname, he pecado”, acudiendo a la divina gracia del Salvador. El Vaticano se adueñó del perdón de los pecados para incrementar su poder terrenal (Nehemías 1:4-11) (Daniel 9:3-19) (Esdras 9:5-10; 10:11) (Marcos 2:10) (Lucas 5:21).

Juan 20:22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
20:23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.

Cuando Dios perdonaba pecados, los apóstoles tenían el poder señalar como perdonados o no a los que se arrepentían, en su ministerio de la reconciliación y la condenación (Mateo 18:18). Algunos hipócritas hasta fueron castigados duramente por pretender jugar con el perdón de Dios, con la redención (Hechos 5 1:11). Los apóstoles discernían y confirmaban quien era quien, mas el perdonador siempre es el Redentor.  A más de un pecador le dijeron que Dios no lo iba a perdonar, por su cinismo, porque todos los domingos pedía perdón por la misma transgresión, por ejemplo. Ningún cura se sentará en el trono del Perdonador. Como estos versículos (Juan 20:23) no son fáciles de comprender a primera vista, es obligatorio buscar más luces en otras expresiones de la Biblia. En toda la Escritura sólo Dios perdona pecados, no hay un ejemplo en contrario, obviamente (Marcos 2:5). Cuando Jesús perdonaba pecados los apóstoles no participaban ni participan del perdón en sí (Lucas 7:49-50) (1 Timoteo 2:5). El único que sana, salva, perdona y purifica es Jesucristo (Mateo 8:16) (Lucas 14:4) (Juan 6:37) (Mateo 3:11) (Hechos 4:12) (Romanos 11:21) (Hechos 2:38) (2 Crónicas 6:21). Jesucristo lo es todo (Juan 1:14).

Isaías 43:25 Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.

Salmo 32:5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.

Históricamente ha quedado claro que el Acto de Contrición ha sido totalmente estéril, nada cambia. El sacerdote le perdona cien veces los pecados, y a veces el mismo pecado, al bautizado, y nada sucede al interior del corazón, nada. El emocionalismo, la circunspección del rito, la seriedad del momento, la beatería instalada han sido infecundas. La solución es el arrepentimiento total de todos los pecados y del estado de pecado y la conversión profunda a Jesucristo, subordinándose a la voluntad del Padre, en el ministerio de Dios Espíritu Santo (Isaías 1:25). Ese lamentable y jocoso fariseísmo se combate con la llenura del Espíritu Santo, que eluden especialmente cada fin de semana (Hechos 4:31). Si bien el perdonado pone cara de ángel al salir del confesionario, la pureza no le dura más de diez minutos, a veces menos (Mateo 23:27). Cuando un bautizado se confiesa debe poner cara de triste y creerse todo el guión (Juan 5:40).

Una curiosidad del Catecismo de la Iglesia Católica Nº 431.
“Puesto que el pecado es siempre una ofensa hecha a Dios, sólo El es quien puede absolverlo”. ¡Por la misericordia de Dios hasta el catecismo católico puede tener una expresión luminosa y verídica!

“Cometemos pecado mortal cuando transgredimos un mandamiento de Dios en una materia grave, con pleno conocimiento y deliberado”, Catecismo católico, (Lucas 11:46). Los pecados mortales imperdonables más conocidos hasta ahora son: torturar y matar a supuestos herejes (Mateo 5:22), perseguir y destruir al prójimo (Mateo 26:52), tener un ejército papal, las infames cruzadas en nombre de Dios, la evangelización con una espada y chantajes, el robo de oro y de otros (Mateo 6:25-26), fusionarse con el Estado, ser clasistas y racistas (1 Juan 3:13) , arrojarle agua bendita a dictadores y homicidas, darle protección y pasaportes a los nazis, explotar a los pueblos originarios y a los débiles, el secretismo milenario, el desatado sexo parroquial (Éxodo 19:22), el lavado de dinero (Éxodo 20:15), el encubrimiento hasta el fin del mundo, trabajar codo a codo con mafiosos y masones (1 Juan 2:15), comprar acciones en la bolsa de valores con un rosario, el homosexualismo clerical desenfrenado (1 Tesalonicenses 4:4), invertir en Wall Street encapuchado (1 Pedro 1:15), fornicar y embriagarse con los poderosos, el paganismo refinado y su rentabilidad y la satánica pederastia, entre tantos otros (Mateo 23:13) (Mateo 23:32). El pecado mortal trae el castigo eterno (Mateo 7:23). El Vaticano casi no participa de los pecados veniales (Mateo 23:24). Dios no absolverá a Roma (Apocalipsis 17:9). Este es el Romano Pontífice (1 Juan 2:6) que quiere perdonar pecados y guiar el rebaño, sin sonrojarse (Mateo15:14). El pecador debe acudir sólo a Jesucristo y nada más (Salmo 32:5) (1 Juan 1:9). El católico común extravía la gracia santificante todos los días, y hasta la muerte, sin importar lo que haga. El pecado mortal más amado es faltar a la misa. El 95% de los bautizados no cumple con este estricto mandamiento. Va a faltar fuego en el infierno para tanto condenado. Los otros pecados mortales populares son más pícaros y coquetos.

EL CAMINO CORRECTO ES:
-Arrepentirse de todos los pecados, de vivir en pecado (Mateo 4:17).
-Aceptar después a Jesucristo como Señor y Salvador (Hechos 3:19).
-El discípulo se bautiza libremente, en conciencia (Mateo 28:19) (Hechos 2:45).
-El discípulo busca la llenura del Espíritu Santo (Tito 3:5-6) (Hechos 4:31).
-Pedirle perdón a Dios directamente por los pecados (Mateo 11:28) (1 Juan 2:1) y purificarse cada día (Mateo 5:48) (Isaías 1:25).

Como con el perdón de los pecados no es suficiente hay que completar la bufonada con penitencias (1 Juan 2:2). Después del mecánico perdón del sacerdote el bautizado queda igual, y con unas miserias que con los años se arraigan (Eclesiastés 12:1).

Elementos vitales de la purificación genuina o “penitencia genuina permanente” son, entre otros:
- Escudriñar las Santas Escrituras (Juan 5:39)
- Orar sin cesar por la limpieza del alma y por el prójimo y ayunar y vigilar (1 Tesalonicenses 5:17) (Mateo 17:21)
-Predicar la Palabra del Señor (Hechos 1:8)
-Apreciar las profecías (1 Tesalonicenses 5:20)
-Apartarse del mal (1 Tesalonicenses 5:21)
-Preocuparse por el prójimo (Hechos 2:45).

Mateo 9:6 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados..

La potestad -que nunca será traspasada o delegada a seminaristas pecadores- para perdonar pecados, sólo reside en Cristo Jesús.

Salmo 25:18 Mira mi aflicción y mi trabajo,
Y perdona todos mis pecados.

Salmo 86:5 Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador,
Y grande en misericordia para con todos los que te invocan
.

El único perdonador en toda la Escritura es el Señor, y no hay más.

Colosenses 3:13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

Así como el misericordioso Cristo perdona nuestros pecados una y otra vez cada vez que le confesamos con sinceridad nuestras ofensas, nosotros, debemos ser perdonadores con el prójimo, soportándolo con mucho amor, cuando sea necesario.

1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 

Si le confesamos nuestros pecados a Jesucristo, el es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, una y otra vez, con la honestidad y la predisposición como los únicos requisitos. El sentido común le dice al ser humano quien es el genuino y potente perdonador y transformador.



del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN


FIN







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PLEGARIAS CRISTIANAS


MODELOS DE PLEGARIAS CRISTIANAS


Toda oración sana es al Padre, a través de Jesucristo, en el ministerio del Espíritu Santo. Todo ocurre dentro de la Santísima Trinidad, solamente. Amén.

1

Padre, estoy en el fondo de un abismo que pareciera no tener fin, los días son todos grises y parejos. Me ducho con el llanto y es claro que en estas circunstancias pereceré, a no ser que tú opines algo distinto. Coseché lo que con tanto agrado y jolgorio sembré. Fui un majadero en mi rebeldía a los santos evangelios y aquí estoy, amargado y destripado. El sol me alumbra y no lo veo. Padre, te pido perdón por esa barbarie que es mi alma, por las putrefacciones que me comandan descaradamente día tras día. Te pido que me restaures a cabalidad, que asees todo mi ser, en el nombre de Cristo Jesús. Amén.

2

Padre, si la religión de mis padres es pagana, dímelo ya, con un altoparlante. Estoy cansado de escuchar que el fetichismo es un componente de mi confesión de fe. Si la doctrina que presumo cierta es definitivamente pagana o diabólica o necia, estremece mis oídos con la santa verdad de una buena vez. Asumiré los costos de mi osadía, del requerimiento que te hago, y salir así de la supuesta oscuridad en la que estoy empantanado, de un golpe. Piadoso Espíritu Santo, te ruego que me abras los ojos y no te guardes nada, en el nombre del Redentor, ya que con el paganismo fino y bello uno se pudrirá en el fuego eterno, de todas maneras.

3

Dios, tú me llamaste al ministerio hace tantos bienios por tu bondad. He intentado ser obediente y dócil en todo, he luchado en contra de los enemigos de la salvación del alma y aquí estoy, como parado en una esquina esperando ese microbus que nunca pasa, pero que un día pasará y me llevará. Navego entre la mediocridad, la decepción y la depresión. Si la gracia no me sostiene yo estaría bajo tierra hace mucho tiempo. He orado con sinceridad y nada sucede, he batallado en contra del orgullo y nada ocurre. Que lamentable es saber que el reloj de Dios no es el del hombre. Tú conduces los tiempos y la historia y no das explicaciones porque el pensamiento divino se estampó en la Escritura y caso cerrado. Dios Padre, te suplico que me levantes ya, en el nombre del Salvador. Ten piedad de este gusano redimido. Enséñame a deleitarme en tu voluntad, por fe.

4

Dios, empecé fumar por esa típica idiotez juvenil y ahora estoy encadenado al tabaco sin salida. He seguido todos los consejos y terapias y nada. Los consejeros han sido infecundos. El consumo me tiene de rodillas, humillado, con problemas pulmonares y de salud y ni la hediondez de mi aliento y de mi ropa me persuaden. Estoy liquidado. En el planeta el tabaco es un genocida. Padre, pulveriza en mí ese deseo torcido y letal de fumar y no dejes ningún residuo de mi inclinación al mal, a este mal. Yo no vencí el vicio mas tú venciste todo vicio, enfermedad y descalabro en la santa cruz. Padre expulsa de mí los demonios del vicio y purifica todo mi ser con tal vehemencia y amor que no quede ningún deseo de acercarme a ese humo mortífero otra vez, en el nombre del Hijo de Dios te lo ruego.

5

Dios, trato de convencerme de que nací lesbiana, pero si reviso exhaustivamente  mi abatido historial tal vez lo adquirí con los años y como no me di cuenta pienso que esta desviación viene del vientre, y seguramente no es así. A estas alturas ya no me importa. Los discursos o justificaciones de la comunidad gay no liquidan mi asfixiante ansiedad. Todo es una gran mentira y lo saben. La biología indica claramente cuales son los órganos reproductores que se deben unir con amor, para que nazca un hijo. Esto es lo normal, pero el pervertido mundo los convenció de que la relación entre dos hombres puede ser saludable, por mientras el diablo se carcajea descaradamente. Adoptando hijos por una eternidad no repararán la lepra interna que nos corroe. La familia surge y crece desde la fertilidad. Dios, por primera vez el Espíritu Santo me ruega con bondad, gritándole a todo mi ser que el homosexualismo es una conducta extraviada. Prometo no irritarme más cuando la lucidez nos desenmascare y nos llame inmorales. Dios Padre, pulveriza ese deseo torcido llamado lesbianismo que vive y reina en mi alma y háceme una mujer sana, normal y feliz, aunque los ciegos se indignen, con sus extravagantes banderas. Dios, restaura mi naturaleza y mis pensamientos, en el nombre del Hijo de Dios. La marcha por el orgullo gay es una marcha de un millón de demonios.

6

Dios, el médico me dio la noticia de mi cáncer mortal y lo primero que hice es enfadarme contigo: ¿Por qué yo? Jamás me encrespé por no escudriñar la Escritura, nunca me encolericé por no santificar mi alma. El golpe fue tan demoledor que todas mis perspectivas cambiaron y quise que me sanaras con un milagro rápido y efectivo con mil buenos cristianos orando por mí en la parroquia. Como no escuchaste mi caprichosa petición me desmarco hoy de la hipocresía y te ruego que sanes mi cuerpo y mi alma. Sé que el cáncer no es casualidad, que tiene en sí un propósito trascendental. Si no doblé mis rodillas delante de Jesús cuando estaba sano lo hago ahora como corresponde, arrepintiéndome de todos mis pecados primero. Dios Padre, te pido que ese mismo poder que levantó a Lázaro extirpe de mí toda célula cancerigena, todo mal, toda suciedad, en el nombre del Príncipe de Paz, y hazme un cristiano de primera calidad ya, te lo suplico.

7

Dios, perdóname la idiotez de creer que determinados planetas ejercen alguna influencia en mi existencia. Los cuerpos celestes que están fuera del zodiaco estarían cesantes y aburridos porque no intervienen. Dios, las predicciones del horóscopo, del tarot, no han ejercido ninguna influencia positiva en el desarrollo de las naciones o de las personas. El porcentaje de acierto es ínfimo y se puede explicar con las probabilidades o estadísticas. Jesús, desde hoy no miraré las cartas, sólo te miraré a ti. Jesús desde hoy sólo confiaré en ti y me aislaré de toda superstición y sus hedores, ya sea ridícula o elaborada. En el nombre del divino Jesús se hará. El sentido común me sacudió, con la influencia del reino de los cielos. Abominaré toda hechicería y ocultismo también, sin titubeos, como corresponde a cualquier sensato. El esoterismo es basura.

8

Dios, como aprendí la lección, te pido que tú seas el jefe en la oficina, no yo. Cuando yo soy el director todo sale mal tarde o temprano. Desde mañana descansaré en ti y tú guiarás la empresa y yo seré tu vasallo laborioso y manso. Entonces de ti dependerán los buenos resultados. Todo el crédito de la brillante gestión será tuyo, y a fin de año, después del balance de cierre, te agradeceré de rodillas todas las bendiciones, y te alabaré por siempre, porque todo lo benigno proviene de ti. Dios, guía mi oficina y mi existencia, en el nombre sagrado y eterno del Salvador.

9

Piadoso Dios, producto de mi torpeza y la pobreza tengo hoy un hijo drogadicto y ladrón. Tal vez debería decir que la falta de oportunidades y el medio ambiente de mi barrio pobre lo descarriaron totalmente, no lo sé. Muchos jóvenes desheredados son honestos. Padre, en mi calidad de mujer derrotada te entrego a mi hijo porque yo no puedo hacer nada más. Fracasé en todos mis intentos, conversaciones con él y en mis persistentes plegarias. Con misericordia, haz lo que quieras con él. Yo seguiré clamando a los pies de su cama, por mientras él duerme profundamente borracho o drogado. Dios, no pretendo que mi retoño acepte al Señor en la cárcel o en la UCI, por favor. Ten piedad de este zángano a mal traer. Te lo ruego en el nombre de Jesús.

10

Dios, al alejarme del espíritu fui atrapado por los deseos de la piel. No hay justificación alguna para copular con esa vendedora que no es mi esposa. Dejé de orar por la bendición sexual en mi matrimonio y me enfrié con Dios y con la mujer que me diste para toda la vida. Padre, te pido que sea el plan del Espíritu el que presida mi vida y elimina con vehemencia la sensualidad que quema mi alma y enciende la carnalidad. Vuélveme a enseñar que el sexo es santo y placentero sólo dentro del matrimonio, aunque los perros del infierno se rían. Padre, vuelca mis energías y deseos hacia la mujer que aceptó ser mi cónyuge por siempre. Dios, que el fuego del ángel caído no me persuada en ningún escenario y líbrame por siempre de la mujer ajena, en el nombre de Jesús. La fidelidad no se transa.

11

Dios, hoy aprendí que los elementos que componen los culebrones o telenovelas son el amor, el odio, la intriga, el chantaje, la traición, la lujuria, la envidia, la infamia, el paganismo, la frivolidad, el engaño, el crimen, la mentira y muchos otros desperdicios. Hoy entendí que sólo los sandios ven telenovelas. Todo culebrón es un concentrado de las miserias humanas y enemigo del sentido común o inteligencia básica. Los ignorantes, paganos o tarados son los que más disfrutan viendo éste estiércol. Dios, dame esa sabiduría básica que me hará vomitar sobre esa basura llamada telenovela, en el nombre del Redentor. Padre, anhelo apagar la televisión y escudriñar la Escritura.

12

Dios, es terrible y humillante estar desempleado y no poder ayudar a tu familia. No puedo ganarme el pan y la frustración personal no posee límites. La situación es insoportable y si tu misericordia no interviene pronto enloqueceré. He llegado a creer que la solución es robar o comprar un número de lotería. Ante esta desesperación, te ruego una vez más que me des un empleo digno, en el nombre de Jesucristo. Dios, apura tus pasos, por favor.

13

Dios, el pecado del diablo fue el orgullo. El origen de toda tragedia humana es siempre la altivez. El alma se pierde en el infierno por una eternidad por el orgullo, el embrión de toda angustia y desesperanza es la necedad. El envanecimiento imposibilita la felicidad y es el padre de la terquedad, de la ira, de los celos, de la inmundicia y de la desobediencia. El orgullo es quien frena las grandes bendiciones del Señor y es el que te impide avanzar y prosperar, y es el más horrendo de todos los pecados. Dios, el que se humilla será levantado. Dios Padre, destruye con vigor de mi alma esa metástasis total llamada arrogancia y enséñame a ser humilde y obediente al Evangelio puro y simple, tomado de la mano de Dios Espíritu Santo, en el nombre de Jesucristo, el rey de reyes. Amén.


“Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.”

Juan 14: 13-14


“Clama a mí, yo te responderé…”

Jeremías 33:3






Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN.

“ESPÍRITU SANTO DE DIOS, RUEGA POR NOSOTROS, PECADORES, AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE. AMÉN.”

fin







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MARÍA MEDIADORA NO ES


Las oraciones o plegarias son “a” Cristo y “en” Cristo. El único y suficiente mediador entre Dios y los hombres es Jesucristo y no suscita ni insinúa más mediadores, co-mediadores, intermediarios, colaboradores o damas de compañía en su intercesión y redención. Cristo intercediendo solo es más que suficiente. Siempre debemos clamar a Cristo, sin excepciones o aditivos.
(2 Corintios 13:14).

Jeremías 33:3 “Clama a mí, y yo te responderé.”

Debes clamar al Padre, a través de Cristo, en el ministerio del Espíritu Santo, eso es todo. Todo ocurre al interior de la Santísima Trinidad, sin elementos externos.

1 Timoteo 2:5 “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,”

Atención, hay un solo Dios, un solo mediador y un solo Redentor, y no hay más. No hay nada más que agregar. La robusta y formidable mediación de Cristo no necesita ayuda o buenos amigos o cómplices desinteresados o muletas o brigadistas.

En el Nuevo Testamento nadie recurrió a María y María no intercedió por nadie. En aquella época y hoy todos iban y van directamente al Salvador, en línea recta iban y van a Él, sin magisterios, sin tradiciones, sin asesores, sin sostenes y sin escoltas o comediadores. Todo sucede dentro de la Santísima Trinidad (1 Pedro 1:2).

Lucas 4:40 “Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.”

Todos los enfermos y afligidos deben ser llevados a Cristo, todos los cristianos lo saben, y él hace el milagro,
con el auxilio del divino Espíritu Santo. No lleves a un atormentado a otro sitio.

Marcos 10:47 “¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!

Como todos, éste es un ruego “a” Cristo y no “en” Cristo. Los ciegos y desesperados van en línea recta al Salvador, sin escalas o tramitaciones (Lucas 17:13) (Salmo 6:2)

Hebreos 12:24 “a Jesús el Mediador del nuevo pacto,”

Repito, un solo Dios y un solo mediador.

Hebreos 7:25 “..,viviendo para interceder por ellos.”

El que vive y reina, a la diestra del Padre es el Nazareno, que es él único que ruega por nosotros.

El nombre de María desaparece del Nuevo Testamento en el momento que la iglesia nace. En la senda apostólica el nombre de María no existe porque su presencia era intrascendente. Ninguna epístola la menciona, y mucho menos como mediadora o equivalente.

El único que nos lleva a Jesucristo es Dios Espíritu Santo.

Romanos 8:26-27 “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.”

Es el Espíritu Santo es quien nos ayuda en nuestra debilidad, nos enseña a orar y a transitar por el camino angosto. El Espíritu Santo es quien ruega por el rebaño, es el perpetuo socorro, según la voluntad de Dios.

Romanos 8:14 “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”.

El cristiano normal, tomado de la mano del Espíritu Santo, es conducido a Cristo, a la santificación, al santo cielo. Que sólo sea la Tercera Persona de la Trinidad la que te guíe y consuele, en todo.

1 Corintios 2:11 “…Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.”

El único que conoce las cosas de Dios es el Espíritu Santo. La difunta María y los otros nada conocen.

Podemos decir con toda sabiduría y serenidad:

“Espíritu Santo de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.”

“Bajo la protección del Espíritu Santo se acogen los fieles suplicantes en todos sus peligros y necesidades.”

“Oh Espíritu Santo acuérdate de mí…...”

“Espíritu Santo, ruega a Cristo por nosotros”.

“Espíritu Santo, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas”.

“A Jesús mediante el Espíritu Santo”.

¡Ave Espíritu Santo!

Es Dios Espíritu Santo que con todo su amor, ternura y sensibilidad va a reemplazar a María en toda mediación, desde ahora, en el rebaño católico. Invocar a los muertos es espiritismo, aunque sean beatos.

Es blasfemo intentar traspasarle los atributos del Espíritu de Dios a María.

Hebreos 2:18 “…, es poderoso para socorrer a los que son tentados.”

Quien socorre al que lucha es el propio Salvador, sin escoltas o comitiva (Hebreos 4:15-16). Es Cristo el abogado ante el Padre y no hay más nombres o comediadores (1 Juan 2:1) (Romanos 8:34).

Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Para ir al Padre usarás el único y suficiente camino existente: Cristo. La verdad es que Cristo es la cabeza, el rebaño es el cuerpo y el Espíritu es el cuello, el canal por donde fluyen absolutamente todas las bendiciones y plegarias. El Espíritu Santo es el mediador de todas las gracias y favores. Jesucristo es el único y suficiente mediador entre el Padre y el ser humano. Todo sucede dentro de la gloriosa Santísima Trinidad.

Si se puede acudir al Salvador sin pasar por María, sólo con el auxilio del divino Espíritu Santo, entonces la mariología católica sobra, es desechable. Si es obligación pasar por María en una plegaria, entonces Dios depende de ésta, y el Espíritu ocupa un lugar secundario, haciendo de María una deidad, un ídolo. ¿Y si el rebaño peregrina y le baila sólo al Espíritu Santo, desestimando totalmente a María, se equivoca?

1 Corintios 8:6 “...y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.”

Todas las cosas y todo sucede por medio de él, a través de él, invocándolo a él, cantando y bailando para él.

Juan 6:37 “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.”

¿Quién dijo que Jesús no era lo suficientemente bondadoso y tierno, y que necesitaría la colaboración de su madre? No, el Salvador es divinamente cariñoso y recibe a todos lo que acuden a él. Obviamente no recibe a los que no acuden a él y se van a otros santos y santas o beatas. En la obra de la redención y de la intercesión Jesucristo es el único y más que suficiente.

Juan 14:14 “Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.”

Las plegarias son a Cristo. Debes pedir en el nombre de Cristo, y entonces él hará. Se invoca Su nombre y no otro. Prohibido invocar otros nombres. Absolutamente todas las bendiciones se entregan a través de su nombre. ¿Para qué acudir a María si está él? Es el Espíritu Santo quien nos conduce al Salvador
(1 Corintios 8:3-7). El Salvador asistía solo a la gente. En los milagros de sanidad y de salvación jamás se vio la nariz de María. En el ministerio evangelístico de Cristo propiamente tal la presencia de María fue irrelevante.

Mateo 11:28Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.”

El abatido y angustiado debe doblar sus rodillas delante de Jesucristo para pedir paz y bendiciones
(2 Timoteo 4:17-18).

El mensaje de Jesús es claro y potente: VENID A .

Isaías 45:22Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.”

El deber de un creyente es mirar a Jesucristo, y nada más; y no hay más. El que no mire a Cristo se extravió
(Isaías 44:9-12).

Que todos los cantos, poemas, bailes, adulaciones y alabanzas sean para el Señor, por los siglos de los siglos y sin excepciones. Amén.

El único mediador entre los hombres y Cristo es el Espíritu Santo, y el único mediador entre Dios y los hombres es Jesucristo.

“Espíritu Santo de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.”




NO SEAS CATÓLICO




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fin
















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